Septiembre es el mes que más moviliza a la docencia en
Argentina: se conmemora el Día de la Secretaria, del Bibliotecario, del
Preceptor, del Rector, del Profesor, del Estudiante y, por sobre todo, el Día
del Maestro.
Mañana, ll de septiembre, es el aniversario del
fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento. Por eso hoy nos reunimos para
recordarlo y homenajear a todos los que estamos dentro de las aulas.
Sarmiento fue un importante intelectual de la vida cultural
y política de nuestro país; político, pedagogo, escritor y presidente, además
de ser el responsable de la reestructuración del sistema educativo, al ser el
impulsor de la Ley de enseñanza pública y gratuita.
Es por ello que en 1943, a 55 años de su fallecimiento, la
Conferencia Interamericana de Educación - integrada por educadores de toda
América - se reunió en Panamá y estableció el ll de septiembre como Día del
Maestro.
A pesar de que existen controversias respecto a la figura de
Sarmiento, es interesante insistir en su valoración de la educación como agente
transformador de un país.
Sin duda no hay argentino que haya contribuido más al
desarrollo de la educación que él. Durante su Presidencia se propuso elevar el
nivel social de amplios sectores de la sociedad a partir de una fuerte acción
educativa impulsada por el Estado.
Por eso me propongo hacer referencia a la labor docente,
especialmente a la de ustedes, mis colegas “del Lomas”, porque como casi todos
los docentes de nuestro país, no solo enseñan, sino también orientan,
contienen, apoyan, comprenden y estimulan.
Joseph Joubert dice que "Enseñar es aprender dos
veces", porque uno aprende mientras enseña, y aprendemos con ustedes, los
alumnos, porque descubrimos nuevas cosas y ampliamos el horizonte de lo que
somos y los caminos por los que planeamos transitar. «
La escuela, trabajando día a día, posibilita construir una
nueva realidad más justa, más pensante, más crítica, más esperanzadora...
Uno es Profesor porque domina un área del conocimiento, pero
uno es Docente y Maestro cuando está convencido de que puede modificar el
futuro, ayudando a la formación de personas para que tengan un proyecto de
vida, para que construyan un mundo mejor y más digno.
"Maestro se nace, no se hace", dice el refrán,
porque es una elección de vida que se asume desde el corazón, y sobrelleva todo
lo que esta labor implica: exigencias, agotamiento, desilusiones,
frustraciones, corridas, renunciamientos, pero también, enormes satisfacciones.
Pero todo se deja de lado cuando se ingresa a un aula, porque todos tratamos de
dar lo mejor de nosotros.
Y, paradójicamente, la sociedad ya no valora como antes la
figura del docente, hoy en día desprestigiada y cuestionada; pareciera que se le
exige más y se le reconoce menos.
Muchos son los docentes que dignifican la profesión y se
juegan por la educación argentina, se esfuerzan por un país mejor, siguen
educando en lugares inhóspitos, inadecuados, con poquísimos recursos y aún así,
no dejan de creer. Por eso mi reconocimiento a todos y cada uno de nosotros que
emprendimos el maravilloso camino de enseñar.
Históricamente, desde Sarmiento hasta los docentes de hoy,
las utopías y los desafíos han sido los que día a dia movilizaron la acción de
los educadores.
Dicen que somos una "especie rara", ya que en un
solo dia podemos ser actores, amigos, enfermeras, psicólogos, entrenadores,
familia sustituta, kiosqueros, porteros, políticos y defensores de la ética y
la fe. ‘
Dicen además que tenemos una pizca de locura y mucha pasión.
Pasión: por enseñar, por rodeamos de libros para estudiar y aprender primero
nosotros, por apostar y creer en un sistema educativo que se perfila dificil.
Locura: por las tardes de domingo robadas a nuestra familia para planificar una
clase, por cargar portafolios pesados, por nuestras manos secas por la tiza,
que hablan, se mueven y acompañan las explicaciones, siempre dispuestas a dar.
Pese a todo, no dudamos de que somos muy afortunados, porque
vemos la vida, las ideas y las esperanzas de los hombres nacer cada minuto
dentro del aula, porque ustedes son los que nos enseñan a no bajar los brazos,
son los que nos permiten estas alegrías y son los que dan sentido a nuestra
labor.
A nosotros, los docentes, también nos pasan cosas y, a
veces, muy serias, muy Pero ellos, como buenos maestros que son, tienen muy en
claro cuál es su función, saben qué gran responsabilidad es ser educador,
porque educar es proponer valores, es enseñar a encontrar caminos para alcanzar
el conocimiento, es fomentar el pensamiento crítico, es aprender de los
alumnos, es ayudar a buscar la verdad, es aprender de los desaciertos, es
crecer en la responsabilidad y el compromiso, es mostrar el sentido de la vida,
es promover el sacrificio para obtener logros, es ayudar a descubrir y
comprobar, es provocar convicciones, en fin, es dar lo mejor de uno.
No se es docente por trabajar en el ámbito educativo, lo
somos porque creemos en el hombre y en la sociedad y, fundamentalmente, en la
educación como única herramienta para transformar la realidad.
Feliz día a todos nosotros porque creemos que educando no
tiramos nuestro tiempo, sino que lo invertimos en el futuro, porque educando
apostamos a que el sentimiento de los alumnos pueda con los contratiempos que
nosotros no pudimos, porque creemos que educar es sembrar un mundo mejor.